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¿Se le cae el cabello? No se estrese. Como dermatólogo, muchas veces recibo en mi consultorio a pacientes preocupados por la alopecia, que es el término médico general para referirse a la caída del cabello.
En primer lugar, es normal que a una persona se le caigan entre 50 y 100 cabellos al día. Si la pérdida es mayor y el cabello parece debilitarse, puede haber varias causas subyacentes.
¡Cabe destacar que una de las causas más comunes de la caída del cabello es el estrés! Es importante identificar correctamente la causa subyacente de la caída del cabello para poder atajarla adecuadamente.
La caída del cabello relacionada con el estrés se produce cuando el organismo está sometido a un estrés físico o emocional importante, lo que puede provocar que el cabello se caiga en grandes cantidades. En este artículo del blog, repasaré qué es la caída del cabello relacionada con el estrés, lo frecuente que es y ofreceré algunas soluciones para ayudar a combatirla. Tenga en cuenta que, si sufre caída del cabello, es recomendable que consulte a su dermatólogo para que le ayude a identificar la verdadera causa.
En primer lugar, veamos qué es la caída del cabello relacionada con el estrés. Cuando los dermatólogos hablamos de caída del cabello relacionada con el estrés, nos referimos con frecuencia a una afección denominada efluvio telógeno. El efluvio telógeno es un término que describe la caída del cabello debido a un "acontecimiento" traumático que provoca una conmoción en el sistema y la consiguiente alteración del ciclo normal del cabello.
Con el efluvio telógeno, más folículos pilosos de lo habitual pasan a la fase de reposo (telógena) del ciclo de crecimiento del cabello. Esta transición a la fase de reposo puede provocar la caída difusa del cabello en grandes mechones, normalmente entre dos y cuatro meses después del acontecimiento desencadenante. Por suerte, la mayoría de los casos de efluvio telógeno son temporales y el cabello vuelve a crecer con normalidad al cabo de unos seis meses. Sin embargo, en algunos casos poco frecuentes el efluvio telógeno es crónico.
El efluvio telógeno puede producirse a causa de una enfermedad o lesión grave, como una intervención quirúrgica, hospitalización, embarazo, menopausia o incluso una enfermedad vírica. También puede producirse como consecuencia de un trastorno emocional grave, como la pérdida de un ser querido, un trabajo estresante o cualquier otra transición importante en el estilo de vida que provoque dolor, depresión o ansiedad. Esto se debe a que el organismo se centra en la curación y es posible que reduzca los recursos destinados al crecimiento del cabello.
Cuando los dermatólogos determinan si la caída del cabello podría deberse a un efluvio telógeno, lo primero que solemos hacer es analizar las pruebas de laboratorio para asegurarnos de que no exista ningún otro problema orgánico en el organismo. Recurrimos a las pruebas de laboratorio para descartar causas como la deficiencia de hierro, vitamina D o zinc o problemas tiroideos o autoinmunes.
El estrés crónico de la vida cotidiana también podría afectar a la caída del cabello de formas distintas a lo que tradicionalmente se conoce como efluvio telógeno. La explicación completa de cómo el estrés constante derivado de un estilo de vida ajetreado afecta a la caída del cabello no se conoce del todo, pero no cabe duda de que existe una relación. El estrés puede disparar los niveles de la hormona cortisol en el organismo. Esto puede inhibir el crecimiento capilar y degradar las proteínas azucaradas que se encuentran en los folículos pilosos y a su alrededor, lo que provoca que se caiga el cabello.
Es difícil decir con certeza si la caída del cabello relacionada con el estrés es frecuente porque no siempre se informa al respecto. La prevalencia del efluvio telógeno varía en función de la población estudiada y de la definición que se emplee para diagnosticar la afección. Algunas estimaciones indican que hasta el 30 % de las mujeres experimentan efluvio telógeno en algún momento de su vida, mientras que la afección es menos frecuente en los hombres.
Pasemos ahora a las buenas noticias. Existen varias soluciones para ayudar a combatir la caída del cabello relacionada con el estrés. Vamos a comentarlas una a una.
En primer lugar, es importante abordar el origen del estrés. Si se trata de un factor situacional continuo, ¿qué medidas podría tomar para evitar el factor desencadenante del estrés? Si no puede alejarse de la situación estresante, podría poner en práctica técnicas de relajación para controlar el estrés, como la respiración profunda, la meditación, el yoga, dormir lo suficiente, hacer ejercicio y mantener una dieta sana. Además, no subestime nunca el poder calmante de la aromaterapia, un baño relajante o una taza de té bien caliente.
Además de abordar el origen de su estrés, existen varios remedios naturales que podrían favorecer el crecimiento del cabello. Por ejemplo, masajear el cuero cabelludo con aceites esenciales como los de romero, tomillo y menta podría ayudar a mejorar el flujo sanguíneo hacia el cuero cabelludo y favorecer el crecimiento del cabello.
Si desea probar aceites esenciales en el cuero cabelludo, haga primero una prueba en una pequeña zona de la piel para ver cómo reacciona. También recomiendo mezclar el aceite esencial con un aceite suave, como el aceite de coco o aceite de jojoba, de modo que no sea demasiado fuerte. El principal inconveniente de aplicar aceites esenciales en el cuero cabelludo es que podrían provocar irritación o empeorar la caspa.
¡Algunas investigaciones también señalan que beber té de menta podría contribuir al crecimiento del cabello!
Aunque es posible que la causa de la caída del cabello no tenga nada que ver directamente con el champú o el acondicionador que utilice, la elección de los productos adecuados ayudará a fortalecer los folículos pilosos y a reducir al mínimo la rotura del tallo piloso. Esto puede minimizar la aparición de cabello fino, sin brillo y poco sano. Elija productos suaves que contengan la menor cantidad posible de conservantes y fragancias.
Los productos para el cuidado del cabello que combaten la caspa (dermatitis seborreica) también pueden resultar útiles para las personas que sufren caída del cabello, ya que ayudan a que la piel del cuero cabelludo esté más sana. Busque ingredientes como el sulfuro de selenio y la piritiona de zinc en los productos de cuidado capilar para ayudar a tratar la descamación producida por la caspa.
En cuanto al cuidado del cabello, cada persona tiene su propia frecuencia a la hora de lavarlo. Como mínimo, recomiendo lavar el cuero cabelludo y el cabello unas tres veces a la semana. Sin embargo, es posible que usted necesite más o menos según su tipo específico de piel y cabello.
Si se ha sometido a un análisis de laboratorio y sabe que tiene una carencia de vitaminas, es posible que su médico le recomiende que tome suplementos de hierro, vitamina D o zinc. En general, es conveniente comprobar oficialmente sus análisis para saber si realmente presenta una carencia vitamínica. También es fundamental tomar la cantidad correcta, ya que es posible desarrollar efectos secundarios adversos por tomar una cantidad excesiva de una vitamina o mineral.
Muchas personas piensan que hay que tomar biotina para tratar la caída del cabello. Sin embargo, no existen pruebas fehacientes de que mejore realmente el crecimiento del cabello. Además, la ingesta de suplementos de biotina puede interferir con los resultados de los análisis de sangre de laboratorio, ya que esto produce falsos valores bajos de troponinas (un marcador de enfermedades cardíacas) y alteraciones de los marcadores tiroideos. Por lo tanto, los suplementos de biotina no son algo que yo recomiende generalmente para combatir la caída del cabello.
El estrés hace parte de la vida cotidiana. Pero cuando es excesivo o crónico, puede tener efectos negativos importantes en el organismo, incluido el cabello. El estrés crónico puede provocar problemas de salud en numerosos sistemas y órganos del cuerpo, como los sistemas cardiovascular, inmunitario, digestivo, nervioso e integumentario (la piel y el cabello). El estrés agrava varias afecciones cutáneas, como la psoriasis, el eczema, el acné e incluso las enfermedades autoinmunes.
La caída del cabello relacionada con el estrés es una afección frecuente que puede llegar a ser muy frustrante. El primer paso es averiguar cuál es el factor subyacente causante del estrés. Si el motivo de la caída del cabello (en concreto, el efluvio telógeno) fue un acontecimiento estresante de salud física o mental que sucedió hace varios meses, no se preocupe: la caída del cabello se frenará y, con el tiempo, este volverá a crecer.
Si la fuente de estrés es permanente, intente buscar soluciones para cambiar la situación o ponga en práctica técnicas para aliviar el estrés como el yoga, la meditación, el ejercicio y los comportamientos de estilo de vida saludables. Asegúrese de utilizar un buen champú y acondicionador para fortalecer los folículos pilosos, y busque los ingredientes que he mencionado anteriormente, como la menta y el romero. No olvide consultar siempre a un dermatólogo antes de probar cualquier tratamiento nuevo para garantizar que sea seguro y eficaz para usted.
Referencias:
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